sábado, 11 de octubre de 2014

Victus, una novela histórica con carga política


Victus, la novela de Albert Sánchez Piñol sobre los hechos de 1714 en Barcelona, ha sido un auténtico éxito de ventas en Cataluña en los dos últimos años. También ha sido objeto de polémica por la suspensión de su presentación en el Instituto Cervantes de Utrecht. Previamente se había presentado en otras sedes del mismo Insituto. Se trata de un texto ameno y bien documentado, pero que parece tener, entre otros, el objetivo de instruir al lector y crear un estado de opinión favorable al soberanismo. La novela, a pesar de ser una ficción, incluye una cronología histórica, en la que curiosamente se pasa por alto el período 1700-1704 que fue cuando Cataluña se mostró favorable y fiel a Felipe V. 

¿Y qué dice de España esta novela? Pues hay un capítulo en que al autor, por boca del protagonista, Martí Zuviría, deja de lado la ficción y se dedica  reflexionar y a explicar al lector el "conflicto España-Cataluña", dejando no muy bien a España, a los castellanos y en general a los españoles tal como podemos comprobar en las frases que reproducimos literalmente a continuación:

“La atrofia cerebral [de Carlos II] era un reflejo de Castilla y de su imperio coagulado” “…el putrefacto imperio español”(pág. 124)

“Para que se comprenda algo del lío español, con un matiz difícil de entender para los extranjeros como tú…Y ese matiz es, simplemente, que España no existe” (pág. 125)

“La hidalguía española…la hidalguía española….¡Me tiro un pedo en su hidalguía! ¿Qué teníamos nosotros que ver con esa gentuza? Para un castellano de pro trabajar era una deshonra, para un catalán, la deshonra era no trabajar…” (pág. 128).

“¿Ven lo que les decía? En realidad España no existe; no es un sitio, es un desencuentro” (pág. 129).

“¿Qué es Castilla? Cojan un páramo, póngale una tiranía y ya tienen Castilla” (pág. 276).

A pesar de esto Victus se ha presentado en algunas sedes del Cervantes, a excepción del desafortunado incidente antes mencionado de Utrecht. Ahora bien, nosotros nos preguntamos: ¿La Generalitat habría permitido presentar en sus delegaciones en el exterior una novela o libro que hablara en términos similares de Cataluña, como Victus lo hace de España? Sinceramente lo dudamos.