viernes, 7 de noviembre de 2014

Apuntaciones sueltas sobre Inglaterra


La literatura de viajes nunca ha sido muy popular ni ha tenido libros superventas, pero no por ello deja de ser interesante y recomendable. No hay nada más ameno, y a menudo divertido, que leer las impresiones que un viajero (y buen escritor) va anotando mientras visita un país diferente al suyo. Y dicha lectura es aún más atractiva si quien nos explica lo que ve es un español al que comprendemos mucho mejor las razones de su asombro. Apuntaciones sueltas de Inglaterra es, sin lugar a dudas, una buena muestra de ello. Su autor es Leandro Fernández de Moratín, una de las figuras de la literatura española del siglo XVIII, famoso sobre todo por su obra de teatro El sí de las niñas. En plena efervescencia ilustrada, viajar al extranjero era una necesidad para todos aquellos que aspirasen a estar al día respecto a las innovaciones científicas, económicas o artísticas. Moratín lo hizo en dos ocasiones, y fue en la segunda, en 1792, cuando visitó Inglaterra y vivió en ella durante un año. Fruto de su estancia son los cuatro cuadernos que forman este libro de viaje tan poco conocido. Aunque se ha publicado en alguna ocasión (Bruguera, 1984; PPU, 1992; Cátedra, 2005) después de muchos años inédito, lo más fácil hoy en día es ir a la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes donde será fácil localizarlo y leerlo íntrego.

Leandro Fernández de Moratín nos describe con una prosa ágil y precisa, a veces teñida de graciosa ironía, las costumbres que observa en la Inglaterra de aquellos años. Nada más empezar ya nos dice que “los ingleses van de prisa, sabiendo que la línea recta es la más corta, atropellan cuanto encuentran”, que hasta los soldados de guardia en el palacio de Sant James piden dinero a los transeúntes o que el 5 de noviembre la gente pasea por las calles a un pelele que representa al Papa, que al final queman, pues culpan a los “papistas” de querer volar el Parlamento en dicha fecha. También se admira de que el príncipe de Gales se emborrache todas las noches pues la borrachera no es allí un gran defecto; de los clubs (asociaciones de personas de la misma profesión) y su eficacia, de la venta masiva de caricaturas en que se ríen hasta del rey de Inglaterra; de la libertad de expresión y de religión…; magistral es el apunte titulado “Lista de los trastos, máquinas e instrumentos que se necesitan en Inglaterra para servir el té a dos convidados en cualquiera casa decente”: ¡le salen ventiún objetos! Todas éstas apreciaciones y otras muchas más, se pueden leer en estas Apuntaciones sueltas de Inglaterra, especialmente en los cuadernos primero y segundo. Una lectura que recomendamos vivamente y que os hará pasar un buen rato.